lunes, octubre 19, 2015

Poema: Anonymus

Tranquila, lentamente
su espigado cuello
mueve; no piensa
¿para qué?
Ha de morir 
bajo la acerada hoja 
en la mano del verdugo.

Se va soñando hacia allí,
en la esposa, en los hijos, 
que sin él van a vivir.
Triste, como árbol deshojado
va inerme,  desarmado.
Atraviesa la explanada, 
ya se deja, va a morir.

Rudas manos lo agarran
y dejan al descubierto 
el cuello que van a herir.
Pálida, su bronceada cara, 
un suspiro deja oír, 
es triste hechizante
como los cantos de abril.

Un hombre que va a morir.
Un hombre que muere  más.
La luna argentea su rostro 
y acaricia su frente, 
parece mecer la cuna 
del hombre que va a dormir
un sueño eterno y feliz. 
Anonymus, Condenado,1971

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