martes, octubre 27, 2015

Leyenda: Las cuatro barras

Reinaba en Francia Carlos I cuando invadieron el país los normandos. El emperador envió a su sobrino Vifredo el Velloso, conde de Barcelona, una carta, en la que le pedía que acudiera en su ayuda con sus guerreros. El conde se puso en camino inmediatamente con sus mesnadas y entró en la batalla, batiendo a los normandos, que se retiraron vencidos. Una flecha se hincó en el pecho de Vifredo, junto al corazón. Fue retirado a una tienda, donde le visitó el emperador.
 Claudi Lorenzale: Origen del escudo del condado de Barcelona, 1843-1844. Óleo.
Real Academia Catalana de Bellas Artes de San Jorge, Barcelona, España
Quiso el tío recompensar al sobrino por su hazaña dándole riquezas y bienes. Este rehusó toda recompensa, doliéndose únicamente de que, a pesar de las muchas victorias que había obtenido en las diversas batallas en que había tomado parte, su escudo de armas era liso: campo de oro, sin insignia alguna que revelara sus muchas gestas. 
El emperador Carlos, entonces, mojó en la herida de Vifredo los cuatro dedos de su mano derecha y los pasó de arriba a abajo por el escudo, marcando en él las cuatro barras de sangre que adornan el escudo de Cataluña, Valencia y Aragón.
Vicente García de Diego, Antología de leyendas universales, Labor

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